Un Consejo de Educación sin estudiantes en CDE

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El 24 de julio en la tarde del último día de receso escolar de invierno, dirigentes estudiantiles de algunos colegios de cabecera de Ciudad del Este se reunieron remotamente para aprender acerca de uno de los espacios de más incidencia educativa a nivel local, pero en el que no tienen voz, voto, ni sombra.

Los estudiantes participaron del taller que organizamos sobre el Consejo Municipal de Educación — Experiencia CDE.

En este artículo te resumimos lo que debés saber sobre el CME. Sus normativas, funciones y la experiencia 2019 en CDE. También podés ver el taller grabado acá:

Taller “Consejo Municipal de Educación, Experiencia #CDE

Paso por paso, primero entendamos…

El Consejo Municipal de Educación (CME), nombrado en materiales del MEC como Consejo Distrital de Educación, es un espacio que debe ser multisectorial, es decir, que debe contemplar a varios sectores de la sociedad. Desde representantes del sector privado, sociedad civil, estudiantado, municipio, del propio MEC, entre otros actores. Su principal función es ayudar, buscar y crear soluciones para la educación de manera colaborativa a los planes nacionales del estado, alineándose a las necesidades de la realidad local. Sin embargo, siempre apuntando a paliar las principales problemáticas educativas a nivel país.

En teoría, los consejos deberían existir como mínimo desde el 2012 al 2013, ya que desde esos años parte la distribución de la cuarta parte del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (FONACIDE) a las municipalidades y gobernaciones para la inversión en educación. Esto ya que es la función del Consejo emitir la lista anual de escuelas a ser priorizadas en los beneficios del FONACIDE. Pero en realidad, el año de origen de los Consejos sigue siendo una mera suposición. No se puede determinar una fecha exacta porque no existe suficiente documentación disponible al respecto de parte de las entidades públicas encargadas. Sin embargo, desde el año pasado la situación de silencio sobre el Consejo empieza a cambiar aparentemente, al menos en Alto Paraná.

La principal función del CME es ayudar, buscar y crear soluciones para la educación de manera colaborativa a los planes nacionales del estado, alineándose a las necesidades de la realidad local.

En 2019, a través de las Coordinaciones Departamentales de Educación, el MEC empezó a exigir que estos consejos se conformen en relación a las municipalidades de cada ciudad. No obstante, esta exigencia no es reglamentada ni monitoreada de manera oficial desde entonces, por lo que no se puede afirmar ni negar que estos consejos funcionen de manera correcta o siquiera existan en otros distritos.

En Ciudad del Este, por su parte, este proceso se promovió por la administración municipal como un proceso de renovación, o incluso de reactivación del Consejo Municipal de Educación. En sus comunicados, sin mención a otras necesidades educativas, se resaltaba este hecho con el objetivo de iniciar la microplanificación del FONACIDE para el 2020, el proceso base para saber identificar las prioridades de inversión según las necesidades de las escuelas.


Para conocer más acerca del proceso de inversión del FONACIDE, te invitamos a leer el Capítulo I: “Un Fondo para el futuro, con prácticas del pasado” de nuestro anual Informe de Monitoreo de Ejecución Física del FONACIDE 2017 en Ciudad del Este.


En realidad, no podemos determinar si hay alguna diferencia benefactora en comparación a años pasados porque en sí no había promoción alguna de este espacio en Ciudad del Este.

En Ciudad del Este, el Consejo Municipal en su resolución de conformación reconoce primeramente la encargaduría de la Presidencia al Intendente municipal de Ciudad del Este, pero en el ejercicio de presidir se encuentra la persona encargada de la Vicepresidencia que en principio fue el Director de la secretaría de Desarrollo Social del municipio. Sin embargo, en febrero de este año la Municipalidad esteña creó la Secretaría de Educación y Cultura, a cargo del Director José Guggiari quién debería estar a la cabeza de este espacio de parte de la entidad. Además de estos lo conforman los supervisores de las regiones educativas dependientes del MEC (quienes son mayoría actualmente), los representantes por separado de docentes, de madres, padres y/o tutores, del sector privado (quien se le otorga la tesorería), una ONG de la sociedad civil (en este caso nuestra organización) y lastimosamente, aunque debería, ningún estudiante hasta ahora.

“(…) es algo muy serio, muy inapropiado. Es impresionante cómo es que el epicentro del sistema educativo, que son los alumnos, no tienen ese espacio” agregó ejemplificando la problemática el estudiante Marcelo Giménez, Vicepresidente del Centro de Estudiantes del Centro Regional de Educación “Dr. José Gaspar Rodríguez” al comienzo del taller.

La validez de la mencionada resolución caducó a finales del mismo año de su creación. Casi todos los sectores representados deberían proceder con su nueva designación para el 2020. A pesar de que se iniciaron los procesos para volver a conformar esta instancia, también abriéndose a la posibilidad de democratizar el espacio añadiendo a estudiantes a este, la pandemia arrasó con todas las predicciones de los servicios públicos. El consejo no fue la excepción.

En vistas a que las soluciones a las necesidades educativas son impostergables, e incluso se agravan durante la crisis, en mayo del 2020 los supervisores de las regiones educativas solicitaron que la conformación original persista durante este año. La resolución de esta designación aún no se hizo pública por parte del municipio.

En primer lugar, con la perspectiva completa de las necesidades educativas, debe incluir a estudiantes de secundaria.

Por encima de la ambigua experiencia de conformación de la instancia en Ciudad del Este, esta debería ser más amplia. En primer lugar, con la perspectiva completa de las necesidades educativas, debe incluir a estudiantes de secundaria.

“Los protagonistas de las consecuencias positivas que conllevaría una buena administración en el Consejo somos nosotros pero, a su vez, no se nos da una capacitación para estar informados acerca de lo que se debate en el consejo. En los colegios no se nos enseña sobre esto”, comienzó atestiguando al respecto el estudiante Martín Cardozo, del Colegio E.M.D. “Atanasio Riera” del Área 1 al inicio del taller.

Según la normativa existente, el énfasis incluye incluso a representantes como de gremios universitarios.

A pesar del mensaje de renovación lanzado al inicio de su conformación actual, las formas de funcionamiento siguen siendo ambiguas e inconstantes. Al no haber una reglamentación fija por parte del municipio ni una linealidad clara del MEC al respecto, existen más de una contradicción en la teoría y práctica de sus funciones. Aún así, existen ciertas normativas o directrices.

  1. Proyecto de creación de la Coordinación Departamental de Supervisiones Educativas de Alto Paraná: bajo la exigencia de este proyecto se reactivó el Consejo Municipal de Educación en Ciudad del Este, ya que en el mismo se habla de que la Coordinación Departamental de Educación en alianza con actores locales del distrito deberían promover la creación de esta instancia en los 22 distritos habidos en el departamento, siendo ésta liderada por los Intendentes Municipales.
  2. Resolución Municipal: en el cual la municipalidad de Ciudad del Este reconoce la conformación del consejo con validez hasta finales del 2019.
  3. La Ley 5749/2017 “Que establece La Carta Orgánica del Ministerio de Educación y Ciencias”: en su artículo 95 habla sobre los Consejos Departamentales de Educación. El MEC comunicó a través de una solicitud de acceso a la información pública que los Consejos Municipales deben modelarse a la conformación y funcionamiento del modelo departamental, pero a nivel distrital.

Según esta escasa normativa, los Consejos Municipales de Educación deberían tener cierta autonomía, teniendo capacidad para crear su propio estatuto de funcionamiento. En Ciudad del Este, por el momento no existe ninguna norma propia. Igualmente existen algunas preestablecidas:

  • Establecer la política educativa acorde a la realidad local.
  • Alinear la educación local al Plan Estratégico 2020 y a la Reforma Educativa.
  • Evaluar el Plan de Desarrollo Educativo Distrital.
  • Coordinar acciones con el Consejo Departamental de Educación (una de ellas el proceso de inversión del FONACIDE en sus jurisdicciones).
  • Determinar la pertinencia del sistema educativo a necesidades de estudiantes.
  • Diseñar, planificar, implementar y evaluar proyectos educativos.
  • Rendir cuentas sobre la educación distrital.
  • Realizar evaluaciones del nivel académico.
  • Buscar nuevas formas de financiamiento a necesidades educativas.

El FONACIDE representa aproximadamente USD 360 millones al año, de los cuales, un 28,5% debe repartirse entre municipios y gobernaciones para la inversión en las escuelas. Ciudad del Este es un caso aparte dentro de esto, ya que es el municipio más beneficiado de la historia del fondo. Por supuesto, el Consejo Municipal de Educación como espacio de incidencia en soluciones educativas, también tiene tareas no menores dentro de este proceso de inversión:

  • Debe elaborar un listado de priorización de urgencias a ser paliadas en escuelas cada año según de los ejes de inversión: infraestructura, mobiliario y almuerzo escolar.
  • Puede sugerir y tomar decisiones sobre la inversión del fondo en las necesidades priorizadas y enlistadas.
  • Tiene que, no limitándose a controlar números, evaluar la administración del fondo evidenciándose con la realidad y a partir de ahí, extraer conclusiones que permitan recomendar o reclamar por la correcta inversión del mismo si es que exista esa necesidad.
  • Debe promover información y capacitación sobre su monitoreo, enlazando desde la comunidad educativa hasta a la ciudadanía.

En el corto recorrido del Consejo durante el 2019, sólo pudieron atender dos temas:

  1. Una de ellas fue enlistar las escuelas a ser priorizadas para la inversión del FONACIDE en las áreas de infraestructura y almuerzo escolar, mientras que la otra;
  2. Fue un debate generalizado sobre otras problemáticas educativas para encontrar soluciones, sin embargo no se llegó aún a nada concreto desde entonces.

A pesar de que el Proyecto de Creación dictamine que se debe hacer por lo menos 1 reunión al mes, con posibilidad de sesiones extraordinarias en caso de ser necesarias, la actividad del Consejo fue poca. Muchos pueden ser los motivos a los que se les atribuye esto, como la falta de claridad de las funciones o la sobrecarga laboral de los miembros que tienen sus propios trabajos, ya que ninguna persona es remunerada, y por ende, no dedica la totalidad de su tiempo a trabajar por la instancia. Además en varias ocasiones el presidente en ejercicio durante el 2019 no atendió a pedidos de miembros del consejo para convocar a reuniones.

Se deben crear mecanismos de participación de estudiantes

A pesar de que ya se haya repasado lo que deben ser sus funciones y se contrastó con lo realizado hasta el momento, existen otras funciones no determinadas que, según el potencial y fin propio del Consejo, deberían estar realizando para aportar a la mejora educativa a nivel local.

  • Deberían atender a las necesidades de urgencia que surgen a lo largo del año y apoyar con soluciones a las mismas. Desde conflictos académicos, infraestructurales o incluso morales en las escuelas.
  • Como función intrínseca dentro de las reglamentaciones del Consejo, debería garantizar la participación activa de la comunidad educativa de manera democrática en la educación.
  • En las condición especial en la que se encuentra Ciudad del Este como municipio más beneficiado del FONACIDE y, aún así, con una infraestructura educativa bastante carente, debe promover capacitaciones sobre el proceso administrativo del fondo y el control de su inversión.
  • Se deben crear mecanismos de participación de estudiantes. De hecho en su última reunión, se consensuó sin llegar a acciones concretas por la crisis, la inclusión a estudiantes en el consejo.
  • Deberían tener la autonomía de crear proyectos educativos correspondientes a la realidad local.
  • Final e idealmente, deben cumplir con sus funciones normativas.

Además de todas las trabas mencionadas en secciones pasadas, causantes de que estas necesidades no se atiendan, durante su recorrido no se demostró la suficiente voluntad política como para institucionalizar y explotar sosteniblemente la capacidad de este espacio.

Una de las tantas funciones de este Consejo es rendir cuentas.

Se requiere voluntad política fuerte, constancia y participación de la comunidad. Una participación que permita realmente construir soluciones que correspondan a nuestra realidad.

Una de las tantas funciones de este Consejo es rendir cuentas. A pesar de que actualmente no maneja recursos, toman acción en la inversión listando a las escuelas en principio priorizadas para estos, lo cual puede acarrear consecuencias en la calidad educativa.

El Consejo Municipal de Educación podría ser un espacio con mucho que aportar a la educación desde una perspectiva local (…)

Si bien es cierto que en general las Municipalidades, sin ser Ciudad del Este la excepción, desobedecen constantemente la priorización de las necesidades de urgencia obrando en escuelas al azar, otra de las tareas de la instancia también es analizar la inversión de estos recursos siendo un obrante en el acto.

Mientras tanto se pueden acudir a otros mecanismos de transparencia que ayudarían a publicitar el consejo y a su vez, permitir el control de sus acciones:

  • A pesar de que la transmisión en vivo de las reuniones por medio de la página de Facebook del Municipio para aumentar la capacidad de participación fue un logro el año pasado, esta acción no se mantuvo al pie de la letra.
  • Podrían disponibilizar los resúmenes y actas a la ciudadanía por medios públicos como también;
  • Habilitar otros canales de información con participación activa de la comunidad educativa local.

Un Consejo con mucha capacidad sin potenciar

El Consejo Municipal de Educación podría ser un espacio con mucho que aportar a la educación desde una perspectiva local, sin la necesidad de acudir en crisis a instancias mucho más lejanas a nuestra realidad. La participación abierta de la comunidad podría no solo paliar problemáticas y consensuar democráticamente soluciones a cuestiones educativas en ámbitos financieros, académicos e infraestructurales, sino también aportar con nuevas ideas que terminen de potenciar de manera realista a la educación tan desgarrada que venimos arrastrando desde uno de los principales polos del país, pero sin progreso evidente.

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Irene
Irene C. Hermosilla
Autora

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